A mi no me hizo ruido cuando Charly García dijo en una nota: Yo soy Dios. Me parece que tiene razón, porque crear es como dar vida.
Siempre pienso que no es que yo sea una buena pintora o una buena cantante, mucho menos una buena escritora, simplemente soy una creadora excepcional. Puedo crear cualquier cosa ahora, con lo que tengo y eso me hace sentir viva, me expande, veo todo mas grande. También pienso que crear es lo más parecido que existe en vida a ser Dios, después de dar a luz y experimentar un orgasmo.
Me sale bien, soy una creativa nata y puedo decirlo con orgullo porque es de las pocas cosas que realmente me salen bien. Timoteo, mi amor, por ejemplo, es un actor nato. Y eso le sirve para mucho más que para publicar un libro ilustrado.
Le sirve en lo social, por ejemplo, nadie nunca va a decirte que Timoteo le cae mal, nunca, ni siquiera a vos leyendo todo este merequetengue interno. Lo amarías. Porque es espectacular, digo, del espectáculo. Es tan bueno simulando que es otra cosa que a veces cuando estamos en un grupo de gente no me doy cuenta de lo que le pasa porque estoy acostumbrada a mirarlo siempre en todos lados desnudo y blando en mi cama como un animal, digo, completamente genuino, no pienses mal. Es un talento que admiro en realidad, que no te perciban incómodo nunca. Tal vez habla de otro tipo de mundo interno igual de profundo que el mio, sin tanto analisis ni pensamiento, que implica más complicidad con uno mismo.
A mi no me sale. Nunca me salió eso. Cuando era chica mi peor pesadilla era que un animador en un cumpleaños me eligiera para participar de alguna actividad. Puedo sentirlo todavía si me concentro: la presión y el calor sofocante entrando profundo en mis orejas. Mil millones de gritos y voces que me pinchan y me retuercen y mi panza pesa y el olor a plástico mezclado con goma eva y baba, siempre estaba todo lleno de baba, siempre, y el sonido de los botines de nenes caros brutos toscos cafefree como tiene que ser un nene, como tenía que ser yo, apretando y gritaba y lloraba y no quería que nadie me hablara, es que no entendía qué persona en su sano juicio desearía ser observada. ¿Qué clase de monstruo degenerado considera ser el centro de atención?
Un par de años después, yo decidí una tarde cualquiera que debía ser ese monstruo degenerado, que tal vez había estado tanto tiempo callada pensando que lo que tenía para decir ahora era auténtico, completamente mío y virgen de cualquier opinión. Extraorinario. Ademas, que te escuchen se siente bien. Y no sé si lo voy a entender, es bastante raro, es algo que le pasaría a un personaje en una película cómica de Woody Allen.
Yo Emma, de tímida naturaleza y neurosis particularmente funcional, declaro que no me sentiré realizada hasta que pueda atraer sin pensar a miles de personas y conectarlas y ayudar, y crear dentro de este mundo caótico un espacio en donde las cosas saben no tener sentido y abrazarte al mismo tiempo.
Es gracioso en serio. Si Dios existe es mujer y es adicta a la tragicomedia, se divierte. Si Dios existe a Dios no le importa. De alguna manera todos somos Dios igual, pienso, porque si una joven actriz, espléndida, carismatica, super ultra piernas depiladas, labios carnosos, piel de barbie, situación de millones de dólares siendo entregados a cambio de dejar mortales mirar su cara, se muere de hambre y equiva su propio reflejo en el ascensor hacia la pasarela, entonces todos somos dios, porque creamos lo que nos rodea, porque cuando sentimos y pensamos muy fuerte en algo, se hace nuestra realidad. Porque no importa tanto lo tangible, sino como nos comportamos. Si esa chica de verdad cree que es fea, vive su dia a dia como una persona fea, y dentro de su percepción (que es la única que importa) ella es fea. Es Dios, se crea.
“Emma en el agujero creando una nueva version de ella misma” por Emma Kaala (jiji)
A ver, no digo que si sientas que de tu concha salió el sol y lo sientas en serio es verdad. Eso no es Dios, es una persona loca. Había una persona loca a media cuadra de mi antigua facultad que gritaba esas cosas. No recuerdo con exactitud qué era lo que gritaba pero era algo así como:
-De mi vagina salió el sol y entonces él es mi hijo, pero corrió de mi. Y tengo que buscarlo porque salió de mi vagina…
Y algo como bla bla bla bla y después algo como:
-...Entonces significa que yo soy Dios.
Yo la escuchaba y pensaba: ¿Si esta mujer es Dios, que hace en una manta semidesnuda gritando en el piso?
Tal vez Dios puede volverse loca. Puede olvidarse de cómo funcionan las cosas que ella misma crea. Como cuando una pintura me parece tan magnífica que no puedo creer cómo es que la volví materia. Que fui yo, que soy capaz de abrazarme y cortarme las venas, de llevarme a mi misma al gimnasio tres veces por semana y a las dos horas tomarme sola tres litros de cerveza, de cambiar la forma de mi cuerpo, el color de mi pelo, mi nombre, mi persona, crear una persona. Puedo dar vida. Puedo decidir crear una persona en mi vientre y puedo ponerle un revólver en la cabeza y quitársela. Pero eso me volvería otra persona. Un madre y una loca. Y una persona profundamente despiadada y cruel. Emma, despiadada y cruel.
Emma antes de todo. Sobre todo lo que pueda llegar a hacer de mi abajo estoy yo. Creo algo nuevo, si. Pero con partes viejas, con lo que soy. Es imposible escaparse de la propia esencia. El nombre delata y deleita, se te huele se sabe que sos vos.
Podés intentar, afirmar al espejo mantras. Gastar y gastar en yoga y meditaciones guiadas. Donar todos tus órganos viva a todos los niños en Gaza. Multiplicar los peces y hacer que el agua sea vino, pero no podes ser una nueva persona.
Por esa razón es que creo en mí, y no creo en Dios. No soy una enferma narcisa, no señor, fuera de estas páginas, en el mundo real, ya lo dije, siempre fui ambiciosa y de naturaleza tímida. Pero creo en mí, no creo en Dios. Porque me veo a mi acá y puedo crear y cambiar.
Si Dios existiera, todo este mundo vendría a ser su mejor obra de arte. Todos veríamos a Dios en el espejo, a Dios en la calle enfermo, a Dios vendiendo estampitas en el tren, a Dios en el roble hermoso y en el forro que se rompió. Y en el chorro que empujó a una vieja a las vías del tren, en el dólar cuando estaba a cien, en el grano que detesto, que arruina todo lo que quiero. En todo lo inmundo, en todo lo nuestro. Porque si Dios crea es artista, y el arte es la verdad, es la esencia del artista hecha realidad.
Si Dios existe es todo y la vemos en todo. Pero nos acostumbramos a lo divino, como a mantenernos vivos, a respirar. Dios está en este papel, en esta hoja, en esta que escribe, esta loca. Y en los bebés que mueren de hambre, y los cigarrillos y en los amantes, y en el espejo, y en el espejo, y en el espejo, y en el espejo.
Lo vemos, nos vemos a nosotros mismos en todos lados, todo el tiempo.
leer esto es la verdadera experiencia religiosa
Caóticamente CreActiva....te veo me veo... Si sentis pásate por @sanamando
Abrazo grande